Tratamiento del aspectro autista Dra. Paula Moreno

Se trata de un tipo de trastorno del neurodesarrollo (y por tanto de inicio en la infancia temprana) en el que hay un déficit en la interacción y comunicación social (es decir, la capacidad para interactuar con otros y compartir pensamientos y sentimientos), así como patrones de conducta, intereses o actividades que son restrictivos y repetitivos. Los síntomas suelen detectarse a partir de los 12-24 meses de vida.

Se incluyen aquí términos hoy en día obsoletos como Síndrome de Asperger, autismo generalizado o trastorno desintegrativo de la infancia.

Se habla de “espectro” porque no existen dos casos iguales y las manifestaciones varían mucho según la gravedad, el nivel de desarrollo intelectual y lingüístico, y la edad del sujeto. Durante la infancia, podrían mostrar patrones de juego extraños (por ejemplo: alinear juguetes durante horas), retraso en el inicio del lenguaje, o desinterés por interaccionar con otras personas, hasta el punto de que a veces los padres piensan que su hijo tenga un problema de audición. En la vida adulta, muchos utilizan estrategias de compensación y afrontamiento para esconder sus dificultades en público, pero sufren el estrés del esfuerzo de mantener una fachada social aceptable, pudiendo llegar a presentar síntomas de ansiedad y depresión.

Aunque estos trastornos pueden suceder de forma aislada, no es infrecuente que la persona presente también otros trastornos del neurodesarrollo (como la discapacidad intelectual, los trastornos del lenguaje o el TDAH). No obstante, también se dan casos de personas con un Trastorno del Espectro Autista, y altas capacidades intelectuales.

Por último, no hay que olvidar que el TEA (trastorno del espectro autista) no es un trastorno degenerativo, y es normal que el aprendizaje y la compensación continúen durante toda la vida.